La ausencia.
Cuando muere, el año pasado, Francisco Solano López, Tomi Muller hace pasar a su criatura, El Eternauta, cerquita del àrbol donde fatiga la siesta -tiempo de panaderos en el aire y no de malignas nieves- en una viñeta simple y hermosa. Termina diciendo: no pasa nada, no se puede prohibir la eternidad por mucho tiempo.
Como cada uno lee lo que puede, la mirè tres veces y en las tres leì: " no se puede prometer la eternidad por mucho tiempo"
Valga el fallido. Cuando la eternidad cae, viene la ausencia.
Como cada uno lee lo que puede, la mirè tres veces y en las tres leì: " no se puede prometer la eternidad por mucho tiempo"
Valga el fallido. Cuando la eternidad cae, viene la ausencia.
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