A cantar dulce y a morirse luego, no. A ladrar.

una lectora del blog,  me cuenta que escribe, ácido. Se espera de nosotras, las minas grandes que seamos buenas y dulces y resignadas y que no esperemos demasiado de la vida porque ya se nos dieron los dones que nos corresponden.
Nosotras, que no nos morimos jovenes como ellas (estoy hablando de Pizarnik y de Janis Joplin) le hacemos caso a la primera cuando habla de la segunda. (el verso en cuestión es lo que colgue en el titulo del post)

En Capilla

Ellas son habitantes de esquinas sin apuro.
Vírgenes blancas encerradas en capillas de vidrio.
Coronitas de rosas sin espinas en las frentes de las vírgenes blancas.
Hay floreros hechos de botellas de plástico y flores marchitas como las ancianas que dejan caer sus plegarias frente a los altares con candado.
Hace calor en esas jaulas de cristal pero ellas, las vírgenes, no se enteran.

Maria Yacobe, conurba como yo, pero del Oeste y como yo esposa de un solo tipo y con hijos grandes, que estudio cosas de las que no trabaja pero que tienen que ver con lo psi.(casi como yo, pero que  trabajè de eso, hasta hacer de una vocaciòn un oficio), todavía cree que escribe porque va a un taller.

No se da cuenta que es una escritora, no simplemente una que escribe.
Mi regalo de navidad es decirle Maria, si no te habilitas, vos, quien?
No podemos ser como virgentes encerradas en jaulas de cristal. Va de nuevo. A cantar dulce y morirse luego, no. A ladrar. Palabra de Pizarnik.

Comentarios

María Yacobe ha dicho que…
Qué mejor para la resaca postnochebuena que este regalo de Navidad. Gracias Nilda, ahor me voy a dar corte con mis afectos y después a seguir ladrando. JoJoJo!!

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